Vale, comenzemos el espectáculo. Apagar las luces, encender la tensión, cambiar la presión por la pasión de tus besos. Vamos a fundir los plomos de lo increíble y a pelearnos con la sabanas hasta que nos de la mañana. Despertarme con un te quiero, después de la noche; vamos a llamarla especial o quizás perfecta. Pon tu nombre encima de ese día en el que te vi, pon tu nombre en cada esquina que cruzo o portal que veo, pon tu nombre en esa noche. Si quizás fue todo normal, una caricia, un “te quiero”, un “no me dejes nunca”, o quizás seria el “podría estar así todo el día”. No sé que fue, no sé que paso pero en esa noche, no hubo más que tu y yo.
Pensando en el amor, es relativamente perfecto cuando lo escribes, más aun cuando lo imaginas. Pero al tenerte en frente cariño... eso fue la imaginación volando.
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