Cuando le conocí, ni me impresionó, ni me fije en él, no le vi especial, ni diferente, un tío como tantos otros que pasaba de mi, mirada verde, sonrisa mala, pelo marrón, escribía maravillas, hablaba de ella como si fuera un ser de otro planeta, se le llenaba la boca, cuando pronunciaba su nombre, los ojos iluminados, se lo dejo a trocitos en el bolsillo de su chaqueta de cuero, quiso escapar de esa pesadilla, huir, su moto no llegaba tan arriba, alli donde ella le habia prometido, donde decia que llegaba su amor por él, pero ya sabes lo que dicen, cuanto más alto estas más dura es la caída, más daño te haces, te destrozas, te rompes en millones de trocitos, todos te ven, pero tu no te reconoces en el espejo, fumas para olvidar, la buscas en las estrellas, en todas y cada una de las constelaciones que ves, allí tú, solo tú, nadie más, una historia en blanco y negro que ya no hace falta recordar, por que ella no esta y no va a volver, sus labios me lo dijeron fueron ellos mismos quienes me mataron por dentro, a mi, su sueño de mil y una noches, pero supongo que el amor es así, una veces ganas y otras pierdes, unas veces te crees que ganas, solo lo haces durante algún tiempo y un día sin más la pierdes.